Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo - Benjamin Alire Sáenz
Planeta
Aristóteles es introvertido y tímido. Dante es transparente y expresivo. Por motivos que parecen escapar a toda razón, estos dos chicos de diecisiete años se encuentran y construyen una amistad entrañable que les permitirá redefinir el mundo del otro y aprender a creer en ellos mismos para descubrir los secretos del universo. El escritor multipremiado, Benjamin Alire Sáenz, explora la lealtad y la confianza entre dos jóvenes que están aprendiendo a ser adultos en un escenario fronterizo tan mexicano como estadounidense. Juntos deberán crecer al mismo tiempo en que se adaptan a una sociedad que también está búsqueda, identidad.
Aristotle and Dante discover the secrets of the universe cuenta la
historia de Ari, Aristotle, un adolescente de 15 años que, literalmente, no tiene amigos. Ari lleva
una vida aburrida y por momentos deprimente. Él está atravesando cosas típicas
de los adolescentes, tratando de encajar, lidiando con sus padres, conociendo
su cuerpo, pensando en el futuro, el pasado y el presente. Tiene cosas que lo
aquejan mucho, como por ejemplo el hecho de no saber por qué su hermano
Bernardo está preso, él era solo un niño cuando Bernardo fue a la cárcel y sus
padres nunca más han hablado de él; a Ari también lo pone mal la forma de ser de su padre porque él nunca dice lo que siente, es un hombre callado que parece estar triste todo el tiempo, aunque Ari sabe que esto se debe a todo lo que su padre vivió en la guerra de Vietnam, al protagonista, por momentos, le molesta mucho que él sea así.
La historia en sí empieza cuando
Ari conoce a Dante, su mejor amigo. Ambos chicos tienen
muchas cosas en común: los dos son de descendencia mexicana y esto tiene un
significado muy importante a nivel social en la época en la que viven; los dos
tienen dudas respecto a sus vidas, su futuro y los dos quieren conocer los
secretos del universo. Pero respecto a personalidad son el agua y el aceite.
Ari y su vida van a cambiar totalmente
con la llegada de Dante. En un principio, Ari era muy frío, un joven de pocas
palabras, como nosotros diríamos “la procesión la tiene por dentro”, mientras
que Dante es el polo opuesto: un chico muy expresivo, sentimental, que habla mucho
y tiene valores muy arraigados respecto a la vida.
