Hoy les traigo la reseña de una de mis novelas favoritas. Es un realismo distinto y muy emocionante.
La novela no está en español por el momento... pero, fingers crossed.
A ver qué les parece :)
Dane es un
adolescente de 16 años; él es el chico malo que se vive peleando con todos
pero, como siempre dice, “pelea por una buena causa”. La única razón por la
cual no fue expulsado de Mark Twain High es por sus altas calificaciones. Por
otro lado, Dane tiene una vida un poco caótica: vive solo con su madre, dado
que no sabe quién es su padre y están pasando una situación económica no muy
buena. Pero lo que realmente le preocupa, y muchas veces le duele, es no saber
quién es su padre y no es algo que pueda hablar libremente con su madre, ya que
ella, que quedó embarazada de Dane cuando aún estaba en la escuela secundaria,
es muy reacia a contar detalles.
La vida de Dane
va a cambiar radicalmente cuando conozca a su nuevo vecino, Billy D., un chico
con síndrome de Down. Billy es un chico inocente y sin filtros, no mide lo que
dice y mucho menos considera las consecuencias que esas cosas pueden tener
sobre las demás personas.
Billy vive con
su madre y, a diferencia de Dane, sabe quién es su padre, pero no sabe dónde
está, ya que su madre lo alejó de él. Sin embargo, Billy tiene algo que lo
puede llevar hasta su papá: un atlas de Estados Unidos en el que su padre le
dejó distintas pistas que, supuestamente, lo guiarán hasta la ciudad en la que
vive.
Estos dos
jóvenes van a forjar una amistad poco convencional gracias a un hecho que los
va a beneficiar a ambos. Por un lado, como Billy sabe que Dane es el chico malo
y con quien nadie se mete, quiere hacerse amigo de él, así ya nadie lo va a
molestar. Por otra parte, a Dane, que está a una falta de ser expulsado, le
ofrecen un “pacto”: si ayuda a Billy D. con las cosas que necesite (tareas,
acompañarlo a la casa, etc.) el director va a considerar ir limpiando, poco a
poco, su expediente. Una excelente
oportunidad para que Dane no sea expulsado y, obviamente, para que no molesten
a Billy.
El primer favor
que Billy le pide a Dane es que le enseñe cómo pelear; él quiere saber cómo
defenderse cuando lo atacan y sabe que Dane es un maestro en ese sentido. El
segundo favor es que lo ayude a encontrar a su padre.
Los dos jóvenes,
poco a poco, van comenzar a hacerse íntimos amigos. Sin embargo, Dane es un
poco reacio a admitirlo; él es independiente, un chico de pocas palabras, no le
gusta darle muchas vueltas a las cosas y es totalmente realista, mientras que a
Billy D. le encanta hablar, vive haciendo preguntas algo incómodas y es un
chico muy positivo; siempre espera lo mejor de todos y supone que las cosas se
van a dar de la mejor manera posible.
Básicamente ese es el argumento de Dead Ends. La novela me encantó. Primero, porque aborda un tema muy especial: el síndrome de Down. Segundo, porque me encantó cómo se unen las vidas de dos jóvenes tan diferentes pero, al mismo tiempo, con tanto en común. Billy D. es un personaje que por momentos puede ser exasperante, pero que en otros nos causa mucha emoción y cariño. Dan, por otra parte, está tan atrapado por la ausencia de su padre, que muchas de las cosas que hace están marcadas por ello. Pero, en el fondo, es un joven con un gran corazón; sus actitudes (aun cuando está enojado) hablan por sí solas.
En
lo relativo a la trama, creo que
esta novela es “innovadora” ya que la historia está narrada desde el punto de vista del chico malo y no desde el "acosado". Esto me gustó, para poder escuchar la otra campana. Otra cosa que me gustó es que no todo radica en la enfermedad de Billy D., sino que el punto está en las ausencias de los padres y cómo estos dos chicos lidian y se enfrentan a ellas.
El fin es raro. No es lo que esperaba, pero esto hizo que, en algún punto, me guste aún más. No quiero decir demasiado para no dar spoilers, pero es fuerte, inesperado diría.
A modo de conclusión les puedo decir que Dead Ends es una historia hermosa, muy bien escrita y con algunos detalles que la hacen muy especial. Sin lugar a dudas, Billy D. es un personaje que el lector no se olvida fácilmente.