Luego del éxito de Harry Potter,
parece que la gran apuesta para las productoras cinematográficas son las sagas
literarias juveniles. Todos quieren repetir ese gran éxito que se logró con
Harry Potter, luego con Crepúsculo y ahora con Los juegos del hambre.
Sin embargo, cabe destacar que
fueron muy pocas las sagas que funcionaron a nivel cinematográfico, hubo otras
que no llegaron a salir, que ya estaban canceladas. Porque, no vamos a ser
ingenuos, que un libro sea un best-seller
no implica que la película logre lo mismo.
¿Cuál es la razón por la que una
adaptación falla? No lo sé, creo que es un conjunto de razones. Por un lado,
hay que tener en cuenta que el mercado literario y el del cine son
completamente distintos. Por otra parte, están las expectativas de los
espectadores y, obviamente, las campañas de marketing.
Pero lo que me interesa discutir
con este artículo son nuestras expectativas a la hora de ver una
adaptación.
Creo que en la mayoría de los
casos, todos salen decepcionados del cine diciendo “por qué cambiaron esto o
aquello” o “arruinaron el libro".
Yo, sinceramente, discrepo con
estos comentarios. Para mí, cuando se va a ver una película, una adaptación, hay
que tener en cuenta lo que significa la palabra “adaptación” que viene del
verbo adaptar que, según la RAE, es “modificar una obra
científica, literaria, musical, etc., para que pueda difundirse entre público distinto de aquel al
cual iba destinada o darle una forma diferente de la original”.